Insistimos en construir laberintos y después nos empecinamos en buscar la salida.
Ay lo humano y lo imposible!
Intelectualmente construimos una decena de dimensiones,
y nos destruimos la cabeza intentando encerrar al infinito en proporciones ínfimas,
queremos limitarlo mientras hacemos interminables nuestros karmas con el amor.
S.L
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